Todos asociamos el disfraz a alegría y celebración. Cuando nos disfrazamos se nos olvida un poco quienes somos y nos convertimos en lo más parecido a un personaje real. Seguimos siendo nosotros, pero de otro modo.
Para los adultos disfrazarse es casi una vía de escape, una forma divertida de salir de la rutina; pero lo que muchos no saben es que para los niños, disfrazarse, trae consecuencias muy positivas que pocas veces tenemos en cuenta.
¿Sabías que disfrazar a tu hijo es clave para su desarrollo?
Todo comienza con la imitación, los críos empiezan a imitar desde los primeros años. Siendo más bebés, copian gestos, movimientos e incluso palabras, y a partir de los dos años de edad, van asumiendo otros roles, casi siempre de las personas que tienen más cerca y de sus personajes favoritos.
Esto, que para ellos es un juego, en cierto modo será parte de esa base que les convertirá más adelante en personas inteligentes, ya que irán adquiriendo habilidades, nuevas emociones y comportamientos.
Y… ¿qué habilidades son esas que desarrollan los niñ@s?
Desarrollan la creatividad
Promover que los pequeños de la casa se disfracen les aportará herramientas de creatividad para su vida futura, desarrollarán su creatividad interpretando y desarrollando juegos diferentes con lo que tienen en ese momento a mano.
Desarrollan la sociabilidad
Es increíble pero cierto, uno adquiere una personalidad ‘alterna’ cuando se pone una máscara o un antifaz, y en los pequeños hace que se olviden de los miedos y empaticen con otras personas.
El niño buscarán la manera de parecerse a ese personaje que tanto le gusta, hará lo posible por parecerse a él o a ella, querrá imitarle y así, sin darse cuenta, abrirá las fronteras de comunicación con otros.
Desarrollan la inteligencia linguística
Al disfrazarse, los niños querrán expresar sus sentimientos. Intentarán contar lo que están haciendo, a quién están representando…y para ello irán encontrando y aprendiendo nuevas palabras.
Los que son más mayores, abuelos, padres, tíos… pueden incluso ayudarles a que amplíen su vocabulario, enseñándoles palabras nuevas relacionadas con el disfraz o con las acciones que están viviendo cuando están disfrazados. Cuando aprenden jugando todo es más fácil!
Desarrollan la resiliencia
El que tu hija quiera librarse del hechizo de una bruja o tu hijo quiera salvar al mundo de un ataque de seres de otro planeta les servirá para desarrollar sus habilidades de resolución de problemas, y a aprender que, con esfuerzo y trabajo, pueden lograr lo que se propongan.
Convertirse en uno de sus personajes favoritos, de alguna forma les ayuda a romper con ideas negativas y les dará sin que se den cuenta ese impulso para que, más adelante, sepan afrontar problemas sin que estos les paralicen.
Desarrollan la autoestima
En el mundo de la fantasía los niñ@s son dueños su propia realidad. Por eso, cuando se disfrazan, entran en su mundo, y ahí no hay miedos.
Ser dueños de su propia realidad les ayuda a controlar su sentido del yo y a tener una idea de su poder personal, ese que irán desarrollando con el paso de los años.
Es un orgullo para Partilandia poder compartir con vosotros contenidos como este, donde los disfraces, el alma de la empresa, son mucho más que fiesta, diversión, telas, sombreros o antifaces.